El GLP (Gas Licuado del Petroleo) es un hidrocarburo que se compone principalmente de Butano, Propano y Metano y que se obtiene principalmente de la extracción de Gas Natural  en un 60% y de la destilación del Petroleo en un 40%.

Almacenado a presión, su estado es líquido, y esta capacidad permite que el volumen de almacenaje sea optimo para su uso como combustible en un motor de automóvil.
La seguridad en los vehículos movidos por Autogás es comparable a los de otros carburantes, debido fundamentalmente a la estricta normativa aplicable. De hecho, posee un rango de inflamabilidad muy inferior a otros combustibles alternativos.

Los actuales sistemas de regulación de presión añaden valor añadido a la seguridad en los vehículos Autogás.
Una eventual fuga de gas es fácilmente detectable ya que este contiene un elemento odorante. Si esto ocurre, el gas se disipa fácilmente en el aire.
El RACE (Real Automóvil Club de España) junto a otros clubes europeos diseñó y llevó a cabo unas pruebas de choque e incendio con el fin de comprobar la seguridad de un vehículo a GLP ó Autogás, podéis ver el informe AQUÍ.

Más del 60% del gas licuado proviene directamente de pozos de gas natural y no del refino del petróleo. La propia Comisión Europea reconoce al GLP como un carburante alternativo de diversificación e indica que “el gas licuado podría cubrir como carburante alternativo el 10,5% del mercado en 2020”.

El almacenamiento, distribución y consumo de Autogás es sencillo, económico, independiente de las redes energéticas, y ya está plenamente desarrollada y de disponibilidad inmediata en cualquier punto de la geografía española.

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